El Papa Francisco inicia hoy en México una visita que será recordada más por las exclusiones y omisiones que por la agenda social que promoverá en el país el representante de la Iglesia Católica.
La estancia del Sumo Pontífice, que estará seis días recorriendo ciudades mexicanas -en su mayoría golpeadas por la violencia- quedará marcada por quienes dejó fuera de su programa de encuentros.
No se entiende mucho la visita de un Papa a México ante el anuncio de que no se reunirá con las víctimas de la violencia o de los sacerdotes pederastas.
Imelda García