La última vez que platiqué con Aurelio Cabrera Campos fue cinco días antes de su muerte. Nos vimos en la Universidad de la Sierra de Huauchinango.
Si bien es cierto que en el rostro no se le asomaba aún el color de la muerte, sí lo noté angustiado; me habló de “las difíciles condiciones para ejercer el periodismo en la Sierra Norte de Puebla”.
J. Jesús Lemus