La ciencia ha dejado claro que los niños que crecen en condiciones adversas son más vulnerables a desarrollar trastornos mentales cuando maduran y llegan a la edad adulta.
Toda la evidencia a la fecha apunta a que “en los primeros años de vida, el cerebro se desarrolla a un ritmo sin precedentes”, señala Pia Britto, profesora del Centro de Estudios Infantiles de la Universidad de Yale, en un post publicado el mes pasado en el sitio Web del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF).
Eugenia Rodríguez