La vieja academia de policía de Guadalajara luce desértica. En sus aulas no hay alumnos que se formen, en los pasillos circulan los instructores sin mucho que hacer.
Y Jalisco sigue sin tener la certeza de que tiene policías confiables. Por eso se dio una prórroga de 10 meses después del plazo que obligaba a terminar los exámenes de los policías para inicios de 2013.
Las nuevas administraciones entraron y tuvieron que enfrentar el caos que apenas empezaron las pasadas.
Ángel Plascencia