Ante la realidad devastadora que dejó el sexenio del presidente Felipe Calderón en seguridad, con cifras de muertos y desaparecidos que según unas fuentes superan los 80 mil, al sexenio de Peña Nieto le urgía un cambio drástico esa área.
Era necesario, además, cambiar la percepción de seguridad entre los mexicanos, y al menos en el discurso, arrancó determinado a dar un golpe de timón a la ineficiente táctica de seguridad de su predecesor.
Rodrigo Villegas