Según un informe publicado en el 2011 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la contaminación acústica en las ciudades no solo es una molestia, sino también una amenaza para la salud pública”.
Así como la contaminación en el medio ambiente se traduce en múltiples daños y riesgos para la salud, la contaminación acústica también afecta nuestra mente y cuerpo. Y peor aún, el ruido “ataca” cuando menos lo esperamos: mientras estamos dormidos.
Eugenia Rodríguez