En enero del 2012, unos padres acudieron a las salas de emergencia de un hospital en Johnson City, en el estado de Tennessee. Su hija, Alexa Linboom, se encontraba en un estado de parálisis, con un ritmo cardíaco bajo y piel color azul (cianótica). Presentaba un daño cerebral severo.
Dos días después, entró en fase de muerte cerebral por “intoxicación aguda de fluidos/agua”, refiere el reporte de su autopsia. Y fue retirada de la respiración asistida.
Eugenia Rodríguez