> Tomar gaseosas provoca caries, osteoporosis y problemas renales, debido a que contienen ácido fosfórico y el benzoato de sodio.
> El agua carbonatada –que no es agua mineral– en el refresco provoca secreción gástrica, incrementa la acidez del jugo gástrico y causa flatulencias.
> El ácido ortofosfórico presente en los refrescos puede causar irritación en la piel y en los ojos, cuando se consume a largo plazo y en grandes cantidades.
María Alesandra Pámanes