En los tiempos de la alta tecnología los ministros y magistrados han aprovechado para que la ética que debe regir en su labor sea una realidad virtual.
Que quede por escrito en leyes, acuerdos y códigos, pero que en la práctica sea materia inaplicable.
Tanto para el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) como la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hay restricciones para su conducta.
Sin embargo, estas prohibiciones son inentendibles y a la vez inaplicables.
Armando Estrop