El procurador del Estado, Roberto Flores, libró con habilidad el escándalo que provocó la difusión de su detención en Las Vegas por el asunto de deudas con casinos.
Pero la presión que enfrenta actualmente Flores –derivada de la ejecución de dos amigos del gobernador Jaime “El Bronco” Rodríguez– es mucho más fuerte que el tema de Las Vegas.
Poco a poco Flores ha comenzado a quedarse aislado dentro del Gobierno del Estado: los que lo apoyaban han comenzado a deslindarse del funcionario estatal.