¿Cuál es la gran lección de esta elección? El terrible gasto de las campañas que siempre servirían más si se invirtiera en infraestructura, educación, salud y cultura. Pero no, el dinero se fue a propaganda, guerra sucia y una visceral lucha por el poder que dejó de lado la factibilidad de las propuestas y el bienestar común. No es la primera vez que una contienda electoral nos da ese mensaje. La pregunta obligada entonces es, ¿hasta cuando?
El salvador
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