Quienes ayer tuvieron la oportunidad de ver la sesión de la Comisión del Trabajo de la Cámara de Senadores, se dieron cuenta que el viejo PRI está más vivo que nunca.

Sin argumentos, y casi sin discusión, los senadores priistas votaron conforme a la línea que les dictó esta mañana el coordinador de la bancada Emilio Gamboa Patrón.

Obviamente Gamboa fue instruido a su vez por  Enrique Peña Nieto este fin de semana.

Si Enrique Peña Nieto soñó algún día que la investidura del poder presidencial le podría alcanzar para reformar los “usos y costumbres” del sindicalismo mexicano, seguramente ya se habrá dado cuenta de que poco o casi nada puede hacer “por las buenas” un presidente de la República para lograr que los líderes sindicales sean electos democráticamente. 

Basta ver la forma en que se realizaron este fin de semana las “elecciones” en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, y en el Sindicato de Trabajadores de Petróleos Mexicanos.

Si bien es cierto que la ley debe aplicarse para que pueda haber orden, también lo es que debe aplicarse para que pueda haber justicia. 

Y como en Michoacán el gobernador Fausto Vallejo solo ha aplicado la ley para lograr lo primero, puede ser que logre todo, menos orden.  

Quienes conocen Michoacán saben que la polarización social no es ninguna novedad. Que la desigualdad del ingreso es fenomenal. Y que para acabarla de amolar hay ultras ideológicos de uno y de otro lado. 

Este martes alumnos del Tec Campus Monterrey se reunieron en el piso 4 de la biblioteca para discutir, en compañía de profesores, las implicaciones del nombramiento de Óscar Naranjo Trujillo como titular del Instituto Latinoamericano de Ciudadanía. 

La discusión giró en torno a la premisa: ¿Qué consigue el Tec con Naranjo? 

En resumidas cuentas, algunos ven al general colombiano como un talento más.

Pero los más, perciben el nombramiento como una jugada política que quebranta los objetivos apartidistas de la institución.  

Probablemente antes de que termine el gobierno de Felipe Calderón, Mony de Swaan, presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) será uno de los primeros en enterarse de los profundos cambios que se harán, todavía en el presente sexenio, para dejarle parejo el terreno a la administración del presidente electo.

Y es que en la opinión de casi todos los jugadores de las telecomunicaciones, De Swaan no fue precisamente un árbitro imparcial. 

Encuentro Moreira-Calderón