Enrique Peña Nieto anunció ayer el arranque del seguro de vida para las mujeres que sean jefas de familia, que cubrirá los gastos educativos de los hijos hasta que alcancen la edad de 23 años. 

Aunque se trata de una noble idea, la prestación no es un seguro, sino más bien un subsidio contingente para que todos los niños y jóvenes que queden huérfanos de padre y madre,  puedan tener educación hasta que cumplan 23 años, con  cargo a los ingresos fiscales. 

En la Embajada de México en Berlín hoy se llevará a cabo un interrogatorio judicial en contra de la periodista Ana Lilia Pérez.

Si Enrique Peña Nieto hubiera dicho media palabra de lo que realmente se proponía hacer como presidente de la República, sin duda le habría pasado lo mismo que le sucedió a Andrés Manuel López Obrador en el 2006.

Y es que cuando López Obrador rompió con los “poderes fácticos” sin ser presidente de la República, redujo drásticamente sus posibilidades de ganar las elecciones. 

Ni Televisa, ni TV Azteca hubieran apoyado como apoyaron a Peña Nieto de haber sabido que como presidente promovería una reforma como la que se anunció ayer.

Dicen los que están cerca de las negociaciones para la nueva Ley de Telecomunicaciones,  que la operación de fragmentación de monopolios y oligopolios promete ser tan magistral como la de la captura de Elba Esther Gordillo.

Por lo pronto se sabe que los expedientes fiscales de las principales corporaciones de las telecoms, están sobre la mesa y bajo la lupa. Digo, por aquello de que a alguien se le ocurra dar manotazo.

Ahora resulta que el senador panista Javier Lozano Alarcón le anda queriendo “dar cuello” a Gustavo Madero, por no cooperar para defender la imagen de los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Y todo porque el presidente del PAN tuvo el valor de reconocer que los panistas no estuvieron a la altura de las demandas de la sociedad al haber protegido a la maestra Elba Esther Gordillo.