Conforme se va acercando el día del aniversario de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa va creciendo la politización del caso. En el PVEM los tambores de guerra resuenan para que la PGR llame a declarar a Ángel Aguirre Rivero, a Lázaro Mazón Alonso, a Armando Ríos Piter y a Andrés Manuel López Obrador por haber promovido a José Luis Abarca como alcalde de Iguala. Pero no solo los partidos que son adversarios del PRD lo están pidiendo.

Como buen partido de oposición, el PAN en el Senado busca darle celeridad a la creación de una Comisión Internacional contra la Impunidad para investigar el caso Ayotzinapa. Incluso, han dicho que si no se destraba esta semana el acuerdo para crearla, irán directamente a la OEA a solicitar que se cree esta Comisión. La petición de los panistas es muy loable, pero tendría más fuerza si, además del caso Ayotzinapa, esta Comisión investigara otros casos que han traído dolor a los ciudadanos y descrédito a la clase política.

Hace 30 años que la Ciudad de México se estremeció con un temblor que dejó tatuada el alma de miles de mexicanos. Se sacudieron las conciencias y se construyó una nueva sociedad. Desde el 19 de septiembre de hace tres décadas el dolor sigue y asimismo sigue la pregunta de si estamos preparados para un evento así. ¿Existen los planes preventivos para un temblor como el de 1985? ¿Tiene el Gobierno del Distrito Federal el equipo y los cuerpos suficientes si esto volviera a suceder? ¿Persiste la solidaridad entre los ciudadanos para una tragedia de esta magnitud?

Víctor Manríquez, alcalde del municipio de Uruapan, Michoacán, tiene un muy extraño concepto de la libertad. Y es que para conmemorar el Grito de Independencia retomó una “tradición” de liberar a algunos presos por faltas administrativas. No sólo eso, el polémico proyecto fue presumido en sus redes sociales con fotografías y una letanía digna de Ripley. “Hace 205 años Miguel Hidalgo y Costilla liberó presos para iniciar la lucha de Independencia”, escribió en Facebook acompañado de gráficas en las que él mismo abría las celdas de los detenidos.

En la Cámara de Diputados ya se cocina un acuerdo para el reparto de las comisiones ordinarias y la creación de las especiales que funcionarán en esta Legislatura.

Mientras el PRI intenta quedarse con las más importantes, como Presupuesto, Puntos Constitucionales, Gobernación y Desarrollo Social, el PAN desea quedarse al frente de las comisiones de Hacienda, Seguridad Pública o Cultura.