Rafael Nadal había caído en un tobogán que lo mandó hasta la décima posición del ranking mundial de la ATP, y la única manera de detener este descenso era volver a coronarse en una superficie donde no brillaba desde el 2010. 

Fue ante el serbio Victor Troicki, a quien superó por parciales de 7-6 y 6-3, contra quien  Nadal consiguió su cuarto título sobre hierba y el primero en cinco años.

El español se coronó en el torneo ATP 250 disputado en Stuttgart, el cual le sirvió para recuperar la confianza previo a la competencia de Queens y a Wimbledon.

Con muy pocas probabilidades de éxito, recordemos que decide no participar en el primer Grand Slam, el Abierto de Australia precisamente para no retarse a sí mismo contra los mejores del mundo, pero un panorama que dominaba por mucho Novak Djokovic, cerquita Roger Federer, Andy Murray y ya por abajo los humanos, como él mismo se define, y David Ferrer. 

Aunque su rehabilitación marcha por buen camino, Rafael Nadal no quiere arriesgar de más su rodilla y anunció que luego del Abierto Mexicano de Tenis, en Acapulco, no jugará los dos primeros Masters 1000 de Indian Wells y Miami.

Esos dos torneos se disputan en superficie dura, la cual exige más a las rodillas y el mallorquí aún no se siente listo para jugar en ella.

La lluvia había impedido que el domingo se vieran las caras para definir el título, pero eso no mermó la concentración y deseos de triunfo de Rafael Nadal.

Al día siguiente, el español volvió a mostrar lo mejor de su repertorio tenístico y por sexta ocasión, se convirtió en el campeón del Torneo Master Mil de Roma.

Justo el año pasado ambos tenistas se habían visto las caras en este mismo escenario, pero en aquel entonces fue el serbio quien se llevó el triunfo.