Los casi dos meses que llevan jefes delegacionales y diputados locales derrochando recursos públicos en promocionar su imagen, sin que ninguna autoridad les ponga un alto, dio paso a una nueva fase: la guerra sucia.
Y es que mientras el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) sigue delineando los criterios que utilizará para sancionar a quienes infrinjan la ley, los servidores públicos abren fuego a sus opositores.
Jonathan Villanueva