Los priistas están en un momento crucial de su historia. Los acuerdos que se aprueben en su próxima Asamblea Nacional podrían abrir o cerrar la puerta al futuro.
Saben que las condiciones hacia el 2018 son adversas –más que en el 2000 y el 2006-: el partido reconquistó el poder tras 12 años de gobiernos panistas, sembrando la idea que era el tricolor el único partido que sí sabía gobernar; ahora competirá en unas elecciones donde enfrentará un pronunciado rechazo social.
Imelda García