El fantasma de un fraude millonario cometido contra miles de trabajadores de Pemex enturbia la sucesión por la dirigencia del sindicato petrolero y pone bajo sospecha a uno de los aspirantes a relevar al polémico líder Carlos Romero Deschamps.

Jorge Hernández Lira -quien se ostenta desde hace dos años como secretario General del sindicato petrolero- es acusado por trabajadores de Pemex de defraudarlos con un programa de credencialización.

A Carlos Romero Deschamps le queda muy poco tiempo al frente del sindicato petrolero. 

Al menos, eso asegura quien se presenta como su sucesor, el disidente Omar Toledo Aburto. 

A diferencia de los años previos, cuando Toledo Aburto decía que Romero Deschamps “tenía que irse”, ahora se echa adelante en su asiento y con una sonrisa asegura: “es el sindicato que voy a dirigir, (Romero) se va en cuanto firme lo que tiene que firmar”.

Los representantes legales de Petróleos Mexicanos podrían haber colocado a la paraestatal ante una deuda millonaria.

Como en un acto de magia desaparecieron 55 millones de pesos que eran el pago para una obra realizada en Veracruz durante el año 2008.

Hoy el monto con los intereses asciende a más de 400 millones de pesos, lo que podría convertirse en otro escándalo para Pemex y para la PGR, que en estos momentos se encuentra en una encrucijada por el tema de Oceanografía.

En mayo del 2012 autotransportistas denunciaron el incumplimiento de un convenio firmado con Pemex.

Hoy este sector acusa de nuevo a la paraestatal de no respetar un convenio firmado el año pasado.

Aseguran que les está pagando tarifas por debajo de sus costos reales lo que coloca al borde de la quiebra a 154 empresas.

Estas compañías -en su mayoría micro y pequeñas que aglutina a 4 mil autotanques y  transportan combustibles- operan con un 18 por ciento de pérdida.

A pesar de que la relación entre Pemex y Repsol tiene más de dos décadas de antigüedad, desde que en 1990 la paraestatal mexicana adquirió una participación accionaria del 5 por ciento en la petrolera española, hoy esta sociedad se ha visto afectada por amargos desacuerdos y conflictos administrativos.

La sociedad Pemex-Repsol se ha visto tan deteriorada que esta semana Pemex vendió más de cuatro quintas partes de su participación accionaria en Repsol, y anunció que próximamente se deshará del resto de su inversión en la petrolera española.