Informes y escándalos son el pan nuestro de cada día. Así conocemos de abusos, excesos, torpezas y pifias de los improvisados carteles azules que se apoderaron de los puestos públicos, pero, como hace décadas, no pasa nada.
Gabriel Reyes OronaInformes y escándalos son el pan nuestro de cada día. Así conocemos de abusos, excesos, torpezas y pifias de los improvisados carteles azules que se apoderaron de los puestos públicos, pero, como hace décadas, no pasa nada.
Gabriel Reyes OronaDesde la funesta reestructuración de la deuda que articuló con enorme beneficio de los acreedores y despachos neoyorquinos, hasta en los acuerdos de rescate bancario.
Al mostrar desacuerdo con la Ley de Amparo, entre líneas siempre denostó los obstáculos que han impedido que extranjeros desplacen a las poderosas familias de mexicanos que, sin guerra, mantuvieron el bastión sin presencia de los oligopolios de fuera.
Gabriel Reyes OronaDado que el medio de defensa ponía en evidencia la falta de oficio para emitir decisiones de autoridad y la grosera incapacidad para litigar de algunos funcionarios, entonces se optó por cercenar el medio de defensa. El mundo al revés.
Es tanta la animadversión de algunos políticos en contra de esos empresarios a los que les deben dinero, que irracionalmente trastocaron el concepto de autoridad y no repararon que, en su sano juicio, no habrá nuevos inversionistas que incursionen en materias en donde el régimen de defensa de la inversión es prácticamente medieval.
Gabriel Reyes OronaLas arcas y los programas estatales, por muy grandes que sean, palidecen ante las cifras y alcances del entorno federal. Mientras que Ernesto Cordero se enlodaba con miles de millones de dólares, exigía que la atención ciudadana se volcara sobre los cientos o escasos miles de millones de pesos de las finanzas estatales.
Gabriel Reyes OronaLas arcas y los programas estatales, por muy grandes que sean, palidecen ante las cifras y alcances del entorno federal. Mientras que Ernesto Cordero se enlodaba con miles de millones de dólares, exigía que la atención ciudadana se volcara sobre los cientos o escasos miles de millones de pesos de las finanzas estatales.
Gabriel Reyes Orona