Hace varios meses, en este espacio dijimos que la deuda de Pemex sería consolidada con la del Gobierno Federal. No era sorpresa para quien sabe que se puede engañar a los de adentro, pero difícilmente a los de afuera. En efecto, diversas verdades a medias ante instancias del exterior, particularmente la SEC, permitieron colocar enormes pasivos en los mercados internacionales, pero era cosa de tiempo para que los malabares con las reservas petroleras apuntaran a un cambio significativo de tasas.
Gabriel Reyes Orona