Pues Lorenzo lo tienen y al frente del INE. Como si la tensión político electoral fuera poca, el gran error de haber colocado a un personaje de segunda línea al frente de ese instituto genera problemas adicionales que pueden tornarse graves. De entrada, el funcionario no reconoce que no se puede afectar una trayectoria o una credibilidad que no se tiene o no se ha ganado.
Gabriel Reyes Orona