La guerra de opiniones que gira alrededor del consumo de bebidas azucaradas, en especial los refrescos, y su impacto en la salud pública se ha intensificado en este verano, ya que campañas mediáticas contradictorias han sido lanzadas por las compañías refresqueras y por asociaciones civiles.
¿El motivo? El impacto del consumo de refresco en problemas como la obesidad y la diabetes, y nuevas discusiones acerca de asignar un impuesto adicional a los refrescos para reducir su consumo.
Rolando Hinojosa