Con el objetivo de limitar la llegada de personas del norte de África a Europa, España e Italia han propuesto una medida radical: hundir los barcos que utilizan los traficantes de personas, antes de que sean abordados.
Y es que en las últimas semanas, más de mil 300 migrantes han muerto a causa de naufragios en el mar Mediterráneo. Otras decenas de miles han llegado desde Libia a las costas italianas, donde el espacio para alojarlos y procesarlos está llegando a su límite.
Bernhard Buntru