Aunque se sabe que la caza furtiva ha llegado a niveles récord amenazando la supervivencia de los rinocerontes y los elefantes, los cazadores y traficantes pocas veces reciben su merecido castigo.
No es el caso de Xiao Ju Guan, un comerciante de antigüedades canadiense que esta semana se declaró culpable de haber traficado más de 400 mil dólares en cuernos de rinoceronte y esculturas de marfil.
Guan fue detenido en marzo como parte de la “Operación Crash”, una campaña nacional contra este tipo de contrabando.
Valiosas ‘artesanías’
Predeterminado del sitio