Es la maldición que se hace realidad con la aparición de toda nueva tecnología: expertos, aficionados y personas que no tienen nada que ver con ella predicen la desaparición de la generación anterior.
Con la televisión, se dijo que sería el fin de la radio; el Internet supuestamente acabaría con la televisión (y los periódicos y la comunicación persona a persona); y los reproductores de mp3 consiguieron con bastante éxito extinguir a los ahora arcaicos “Walkman”.
Ana Paulina Valencia