Agentes del combate antidrogas de Estados Unidos han dicho estar “casi seguros” de que las metanfetaminas de Irán confiscadas fueron fabricadas por químicos profesionales en laboratorios con grado farmacéutico.

Y no estamos hablando de la popular serie de televisión norteamericana “Breaking Bad”, donde un profesor de química decide dedicarse a la manufactura de drogas sintéticas.

Es la válvula de escape que muchos iraníes han recurrido ante los sanciones económicas impuestas por la Unión Europea y el gobierno estadounidense.

El desplome del rial, la moneda del país, y el encarecimiento de la vida provocaron ayer una de las protestas más grandes en Teherán de los últimos tiempos.

Se considera que ese desplome es consecuencia de las sanciones internacionales por el programa nuclear y de la mala gestión de las finanzas públicas por parte del gobierno iraní, aunque éste lo atribuye únicamente a “la guerra económica a escala planetaria”. Las sanciones van desde embargo de petróleo a castigos bancarias.

Cuando todas las alarmas se encienden por un probable enfrentamiento entre Irán e Israel, es normal no creer que algo vaya a pasar.Pareciera que las fricciones vienen con las estaciones del año, como un recordatorio de que nunca podemos estar tranquilos con una de las relaciones más volátiles del mundo en este momento.

Pero vale la pena recordar que esta historia es como la de Pedro y el lobo, en la que el clímax llega cuando Pedro grita desesperado, avisando que el lobo está cerca, y nadie lo atiende.

La incertidumbre ha cesado, aunque sea un poco. 

Cuando la tensión iba en aumento en el tema de energía atómica, Irán por fin dio su brazo a torcer. 

Yukiya Amano,  jefe del Organismo Internacional de Energía Nuclear (OIEA) por fin pudo acercarse con oficiales de alto rango iraní para discutir el tema de las prácticas nucleares en Irán.

Los acercamientos fueron calificados como positivos, sin embargo, parecía poco claro si autoridades iraníes habían cedido del todo.