"Desempleado desde Octubre. Busco Trabajo. Tengo 4 hijos”, rezaba el cartelón con el que lancé a las calles de Monterrey esta semana a poner a prueba el espíritu navideño de los regiomontanos.
Me hice de un pantalón sucio, desgastado, y de una sudadera que le hiciera juego. El propósito de este ejercicio era pasar como uno más de los pedigüeños que salen a las calles a pedir dinero durante esta temporada.
Con el disfraz puesto me planté en el cruce de Morelos y Juárez, en el centro de Monterrey, que siempre presenta alta afluencia de automovilistas y peatones.