Si hay alguien que siente “que el mundo se le viene encima” con la crisis de Grecia es la canciller de Alemania, Angela Merkel.
En una cumbre de emergencia, líderes europeos dieron ayer cinco días al gobierno griego para presentar una propuesta de renegociación de deuda y así evitar la bancarrota y su salida de la eurozona.
Merkel, la lideresa moral de la Unión Europea (UE) enfrenta un dilema: arriesgar la integración del continente al negar mayores concesiones a Atenas, o ceder a las demandas griegas y permitir que naciones como España e Irlanda sigan el ejemplo.
Pedro Pablo Cortés