Cuando Kelly Clarkson se subió al escenario del Staples Center el domingo pasado para recoger su Grammy a Mejor Álbum Vocal Pop, sin querer, resumió en una frase lo que sucede actualmente en el proceso de selección y votación de los premios que reconoce los “logros sobresalientes” en la industria de la música.
“Miguel, no sé quién diablos eres, pero necesitamos cantar juntos”, dijo la estrella más brillante que ha emergido del show de talento “American Idol”, en medio de la emoción de su discurso de aceptación.
Juan Antonio Zertuche