La última semana de marzo será recordada por François Hollande como una de las peores de su mandato.
El pasado miércoles 30 de marzo, fue obligado a retirar su polémica y muy discutida propuesta de ley sobre la eliminación de la doble nacionalidad francesa a aquellos ciudadanos acusados de terrorismo.
Con esto, Hollande intentaba responder con “mano dura” ante los ataques terroristas del 13 de noviembre, pero su sugerencia fue incapaz de convencer a la mayoría parlamentaria y no logró ni siquiera el voto de la ultraderecha de Marine Le Pen.
Andrea Montes Renaud