Señalados cada vez con más insistencia como culpables de la crisis financiera, y objeto de innumerables documentales y leyendas urbanas, los bancos del mundo están cayendo en una crisis de relaciones públicas.
El más reciente golpe al orgullo es una encuesta llevada a cabo por Carlisle & Gallagher, un grupo de consultoría financiera, cuyos resultados muestran que 80 por ciento de los consumidores en Estados Unidos considerarían obtener una hipoteca con empresas que no son propiamente bancos.
Eduardo Flores