Los rumores sobre un supuesto arreglo para darle la sede del Mundial del 2022 a Qatar recobraron fuerza, luego de una investigación publicada por la revista francesa France Football. 

Esto nuevamente pone en entredicho el trabajo del suizo Joseph Blatter como presidente de FIFA.

El artículo “Qatargate” asegura que Qatar compró la organización del Mundial y se implica, entre otros, al argentino Julio Grondona, al paraguayo Nicolás Leoz y al brasileño Ricardo Teixeira.

Hablar de la FIFA en este momento, es internarse en una maraña de dudas, conflictos y serios cuestionamientos contra cualquiera de sus agremiados. Particularmente sobre quienes dirigen o han dirigido este órgano rector del futbol mundial.

Con más miembros que la misma ONU, la Federación Internacional de Futbol Asociación atraviesa hoy más que nunca por una crisis de reputación que los escándalos no le permiten descansar.

En el futbol no solo existe la gloria, la fama o el dinero. En el ambiente profesional, una peligrosa realidad acecha con mayor frecuencia a los futbolistas al grado de necesitar una explicación: ¿por qué se están muriendo dentro del campo?

Desde décadas atrás, decenas de futbolistas han perecido en el terreno de juego de forma súbita debido a complicaciones mortales con el corazón, el cerebro y los pulmones.

Mientras corren por un balón, de pronto su cuerpo no les reacciona. Así, tan repentina, puede ser la muerte de muchos sin haberlo esperado.