Amanda Bynes recuerda cada vez más a Lindsay Lohan, que durante sus muchos problemas con la ley intercalaba momentos en los que parecía que finalmente había enderezado su camino.
Para Bynes, este periodo de esperanza comenzó en diciembre del 2013, cuando se otorgó a su padre control legal sobre ella, entró a rehabilitación y parecía tener sus adicciones y condiciones mentales bajo control. Antes de ello, había sido arrestada (en marzo del 2012) por hablar por teléfono mientras manejaba, y por conducir bajo la influencia de sustancias un mes después.
Ana Paulina Valencia