El colapso que los precios de los commodities (término que hace referencia a materias primas como el petróleo, los metales, y los productos agrícolas, entre otros) han experimentado en el mercado en los últimos 15 meses está cobrando factura a las empresas que producen estas mercancías y amenaza con arrastrarlas a una profunda crisis.

El índice de commodities producido por Bloomberg muestra que el valor de estas mercancías se encuentra en su punto más bajo en 16 años, y es actualmente 50 por ciento más bajo que en 2011, cuando se dio el último pico alcista.

La caída del precio del petróleo ha mermado las perspectivas económicas de México. Las finanzas públicas del país se encuentran presionadas y el gobierno ya emprendió un programa de recortes y austeridad. La tasa de crecimiento económico no levanta y se ubica dentro del mismo rango que el promedio de los últimos treinta años.

En este contexto, el sector exportador, el más productivo de la economía nacional, puede dejar de ser el único motor de dinamismo del país. 

Los bancos centrales han reaccionado a la reciente volatilidad financiera y desaceleración económica con precaución. En Estados Unidos y en México las tasas de interés se mantienen intactas, y en Europa se ha preferido esperar más información antes de expandir el programa de estímulo monetario. ¿Podrán estas instituciones normalizar su política antes de que llegue la próxima recesión global?

> Fed

Alza en pausa

La actividad comercial de México está en un subibaja. La expectativa de un alza de tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, ha empujado el valor del dólar a su punto más alto en más de una década. Lo cual, a primera vista no es una tragedia, pues esto beneficia las exportaciones, uno de nuestros principales motores comerciales. Estamos arriba.

Sin embargo, también encarece las importaciones estadounidenses, lo cual podría impulsar significativamente la inflación mexicana. Estamos abajo.

Brasil dista de ser la gran promesa emergente en la que se fijó Jim O’Neill, antiguo economista en jefe del banco  Goldman Sachs, cuando acuñó el término BRIC para referirse a los mercados emergentes más prometedores hace más de una década.

La calificadora Standard and Poor’s (S&P) rebajó la calificación crediticia de la deuda soberana de Brasil a nivel “basura”. El país sudamericano perdió el nivel de grado de inversión y podría sufrir una serie de rebajas sucesivas dada la perspectiva negativa de la calificación.