Durante los últimos años, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) ha sido objeto de diversas críticas por parte de las organizaciones de la sociedad civil y defensores de los derechos humanos en la entidad.

Su falta de acción proactiva y visión legalista de los derechos humanos hizo a la dependencia estatal una institución atada a los intereses de los partidos políticos y los grupos de poder en la entidad, convirtiendo su presidencia en una carta de cambio.

El conflicto que en el norte de Jalisco han tenido que enfrentar las comunidades wixaritari escalaría hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que el Gobierno de México atienda las demandas legítimas de esta comunidad que fue despojada de sus tierras comunales.

Carlos Mercado Casillas se presentó el pasado 11 de julio en el Congreso Local para postularse a presidir la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, luego de su intempestiva salida de la función pública.

Su candidatura genera ruido ya que su salida de la Comisaría de Seguridad Ciudadana de Guadalajara en 2014 fue luego de graves deficiencias en un operativo de la policía contra barristas en el Estadio Jalisco, donde hubo graves violaciones a los derechos humanos y un importante número de heridos por parte de ambos bandos.

La defensa de los derechos humanos en Jalisco ha sido relegada a la cuestión jurídica que su propio titular, Felipe de Jesús Álvarez Cibrián, defiende ante los cuestionamientos de organizaciones, prensa y expertos sobre temas referentes a la materia de su puesto como han sido casos de violencia contras las mujeres, pueblos originarios, la comunidad lésbico-gay, entre otros.