Doblándose ante la presión del Banco Central Europeo, Nicos Anastasiades, presidente de Chipre, anunció un impuesto de casi 7 por ciento a depósitos bancarios, lo que ocasionó una crisis de confianza no vista desde el año pasado.
El impuesto no se impondrá a depósitos nuevos, sino que será cobrado a cuentas abiertas con anterioridad en el sistema bancario de Chipre.
Aunque Chipre es un país relativamente pequeño en términos de importancia económica dentro de la Eurozona, se trata de un error de cálculo político que podría tener consecuencias en toda la zona.
Jesús M. Badiola