Para hablar del cineasta Carlos Reygadas, casi siempre se usan palabras como “inaccesible”, “raro, “fumado”, “experimental”, “cine de arte” o “cine de autor”, a veces en un tono elogiador y otras más de manera peyorativa.
Sus tomas panorámicas y silencios prolongados, la crudeza sexual de sus escenas, así como la manera atípica en la que sus personajes parece que se sustraen de este mundo para enfrentar sus problemas, han “ayudado” a encasillar su trabajo.
Juan Antonio Zertuche