La película “Timbuktu” retrata la épica -y pacífica- resistencia que llevaron a cabo habitantes de una ciudad de Malí sometida por un grupo de yihadistas para imponer la sharía (ley islámica).

El filme del director Abderrahmane Sissako aborda uno de los principales problemas del mundo actual: el fundamentalismo islámico, responsable, por ejemplo, del reciente ataque a la revista francesa Charlie Hebdo.

Basada en el libro homónimo de Thomas Pynchon, el cineasta Californiano Paul Thomas Anderson tomó el texto y lo adaptó enunciado por enunciado hasta lograr el destilado de 149 minutos que se capturó en pantalla.

“Vicio propio” es la primera adaptación al cine de un trabajo literario de Pynchon y su historia más que difícil de digerir es difícil de seguir, por lo que los cinéfilos tendrán que prestar atención al enredado entramado que se da con los personajes y sus situaciones peculiares.

Este fin de semana se presenta en Monterrey un festín cinematográfico que da la oportunidad de disfrutar varios filmes en poco tiempo. 

Se trata de la octava edición del Festival Ternium de Cine Latinoamericano, que estará en la ciudad del 20 al 22 de marzo, auspiciado por la empresa siderúrgica líder en América Latina que lleva el mismo nombre, en colaboración con la Fundación Proa, CONARTE, y el Festival de Cine Internacional de Monterrey.

Aunque reconocen que han recibido incentivos de las autoridades locales, los productores de la nueva cinta de James Bond, que se rodará en la Ciudad de México, aseguran que el gobierno no ha tenido injerencia sobre la trama.

“No hay nada en el guión que no hubiera antes, el villano siempre fue italiano, casado con Monica Bellucci”, dijo ayer  el productor Michael G. Wilson, en una rueda de prensa en la capital.

“El gobierno no tiene nada que ver en esto. Tampoco hubo solicitudes sobre mostrar una imagen positiva de la capital”, reiteró.

El campo de la ciencia ficción suele ser el terreno más áspero e incomprendido del cine, solo el público curioso o el cinéfilo conocedor, se atreven a dar un clavado para sumergirse en sus temáticas que pueden ser irreverentes en nuestra realidad pero coherentes en un universo paralelo.

Cuando en el 2009 surge el cineasta sudafricano de 35 años Neill Blomkamp de Johannesburgo con su película “Distrito 9” nadie iría a pensar que marcaría pauta dentro del género, apostando por un rubro todavía más complejo en la ciencia ficción: El cine postapocalíptico distópico.