Si aún quedaban dudas respecto al potencial que resulta de la convergencia entre ciencia y tecnología y su alcance en la práctica médica, difícilmente permanecerán con la llegada de Rex, el nuevo hombre biónico que (casi) no le pide nada a la biología y anatomía humana.
Y no se trata de un robot humanoide más.
Eugenia Rodríguez