Ese momento de satisfacción cuando nos preparamos para escuchar por primera vez la nueva canción de nuestro grupo favorito ya tiene una explicación científica: escuchar música nueva es gratificante para nuestro cerebro.
Y no solo pasa cuando estamos a punto de ponerle play a una nueva canción que acabamos de descargar, también en esos momentos aleatorios cuando se nos cruza en la radio o en alguna fiesta una melodía que nunca antes habíamos escuchado.
Juan Antonio Zertuche