AYOTZINAPA
AYOTZINAPA El amargo ‘Crunch’

El fin de semana, México y el mundo "ardieron" junto con las protestas y manifestaciones que piden justicia por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. Y es que este hecho ha conmocionado, enfurecido y encendido a la sociedad y al mundo entero.

En las redes sociales se ha inundado de sed de justicia, dolor y hasta indignación por parte de los mexicanos, los padres de los normalistas y de ciudadanos de otras naciones que se han solidarizado con nuestro país.

AYOTZINAPA No se apaga el fuego

Lejos de enfriar las protestas, el último informe de la PGR sobre la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa ha radicalizado las manifestaciones que se han teñido de actos violentos.

En las últimas protestas convocadas en la Ciudad de México y en el estado de Guerrero los reflectores los han acaparado hechos violentos presuntamente cometidos por grupos radicales anarquistas que apoyan este movimiento.

AYOTZINAPA Macabras declaraciones

En poco menos de 5 minutos, Jesús Murillo Karam enterró las esperanzas de encontrar vivos a los 43 normalistas desaparecidos el 26 de septiembre.

Durante una conferencia de prensa, el procurador general de la República, aseguró que los estudiantes habrían sido asesinados y calcinados.

Dijo que, Patricio Reyes y Agustín García Reyes aseguraron a la PGR que ellos entregaron a miembros de Guerreros Unidos “un número de personas”, que no pudieron determinar, pero que estimaron superior a 40.

AYOTZINAPA En defensa de sus padres

El joven publicó en su muro una foto de su niñez en la que sus padres, José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda, lo cargan. Lucen jóvenes, sonrientes y visten los colores negro y amarillo del PRD.

“Hicieron una estatua de nosotros y la pusieron en la cima de una montaña”, escribió Luis Xavier Abarca Pineda.

Por semanas, su cuenta en Facebook sirvió para rastrear el paradero de sus padres: el expresidente municipal de Iguala, y su madre, Ángeles Pineda. Los más buscados de México.

AYOTZINAPA ‘No nos dejen solos’

Eran apenas unos cientos a las 4 de la tarde en el Auditorio Nacional, pero de pronto, una multitud llenó la avenida Reforma para protestar por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Llegaron de todos lados. A pie. En auto. En Metro. En bici. Algunos con muletas, como Jorge, un estudiante de la UNAM, que tiene una lesión en la rodilla.

“Una muleta no es una excusa para quedarte en casa y no protestar por esta chingadera”, dijo.



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