Aunque el presidente Barack Obama no haya probado el famoso chorizo de Toluca, y a pesar del incidente del espionaje, ayer fue evidente la buena relación que existe entre el presidente de los Estados Unidos y el presidente Peña Nieto.
Ojalá que esta buena relación entre los mandatarios se traduzca efectivamente en el bienestar concreto de millones de mexicanos, que tan solo están esperando tener una oportunidad de trabajo.
Y es que México no se pude dar el lujo de volver a fracasar otra vez, como cuando la famosa enchilada completa.
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