Si alguien dudaba que los muertos pueden revivir, sólo tiene que voltear a ver lo que ocurrió con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) para darse cuenta de que en este país todo es posible.
Ayer, en una de las últimas reuniones que tendrán para cerrar el conflicto por la extinción de Luz y Fuerza, la Secretaría de Gobernación aceptó “devolverles” fábricas –de postes, estructuras, herrajes y tableros- y diversos talleres para que los exploten.