Zonas francas, los paraísos del crimen organizado
A pesar de ser benéficas para empresas y consumidores, las zonas libres de impuestos en el país se han convertido en atractivo para los grupos del crimen organizado, ya que desde ahí pueden contrabandear sus productos y realizar sus actividades ilegales
Rubén ZermeñoLas zonas francas o zonas libres de impuestos se han convertido en un paraíso para el crimen organizado, para contrabandistas y falsificadores.
La globalización del comercio en las últimas décadas ha beneficiado a empresas y consumidores, ya que ahora se consiguen más fácil productos del otro lado del mundo y a un menor precio. Sin embargo, los contrabandistas y falsificadores también se han beneficiado.
Gracias a la expansión del comercio, pareciera que los delitos que ocurren en una zona franca ahí se quedan.
Estos espacios son el lugar perfecto para que un falsificador opere: fácil acceso a instalaciones de reetiquetado y reenvasado a bajo costo, mano de obra barata, una actitud de “laissez-faire” (dejad hacer, dejad pasar) de las autoridades y la capacidad de que el comercio ilícito se mezcle con negocios legítimos.
Además de las amenazas en seguridad pública por los grupos del crimen organizado que operan en las zonas francas y de salud por los productos que entran a los países sin regulación, las áreas libres de impuestos también socavan las economías por la pérdidas de ingresos fiscales.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las zonas francas son las puertas de entrada para el contrabando y el traslado de productos falsos como cigarrillos, armas y narcóticos.
“Hay abundante evidencia anecdótica de que las zonas francas se utilizan para ‘desinfectar’ los envíos, disfrazar el origen, agregar marcas comerciales falsificadas, fabricar y volver a empaquetar productos falsificados terminados para la exportación, convirtiendo las zonas francas en puertas de entrada para el contrabando y el traslado de productos falsos.
Para solucionar el problema, la OCDE propone la colaboración entre el sistema tributario, los funcionarios de aduanas y los reguladores de salud pública para prevenir de manera efectiva que el tabaco y los medicamentos ilícitos se filtren por la red.
El plan de tres pasos de la OCDE para recuperar el control del comercio en las zonas francas incluye más sanciones, mejor control y mayor cumplimiento de las reglas previamente establecidas.
Por el sur
De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), actualmente en el mundo hay alrededor de 3 mil 500 zonas francas en las que se emplean a 66 millones de personas.
El país más beneficiado de las zonas francas es China, la mayor economía de origen de productos falsificados y pirateados del mundo, tanto en términos de valor como de volumen.
Alrededor del 67 por ciento del valor total de las importaciones mundiales falsificadas y pirateadas, y el 63 por ciento del número de incautaciones aduaneras mundiales, se originaron en China.
Justamente en la actual administración, el presidente López Obrador impulsó que Chetumal, que hace frontera directa con Belice en Corozal, fuera nuevamente declarada zona franca.
Por esa frontera además de drogas, armas y mercancía que no paga impuestos entran millones de cigarrillos ilícitos al país.
Un estudio realizado por Oxford Economics reveló que durante el primer semestre del año pasado, el 18.8 por ciento de todos los cigarrillos consumidos en México eran ilícitos, en comparación con el 15.5 por ciento que se detectó en 2019.
Este contrabando de tabaco le cuesta al gobierno mexicano alrededor de 13 mil 500 millones de pesos al año en ingresos perdidos, los cuales se podrían invertir para gasto social.
“La frontera sur se ve particularmente afectada, ya que la corrupción permite el flujo de todo tipo de productos ilícitos y falsificados desde la Zona Libre de Corozal a través de Chetumal y el resto del país.
“A pesar de la presencia de militares, infantes de marina, autoridades federales y personal de las aduanas mexicanas, toneladas de cigarrillos, perfumes, ropa, calzado, aparatos electrónicos, alcohol adulterado y, en algunos casos, hasta drogas, son contrabandeadas desde Belice hacia México”, alerta el estudio.
La crisis se podría agravar por las pugnas entre los grupos del crimen organizado para hacerse del control en las zonas de libre comercio, principalmente en la frontera sur del país en donde el Cártel Jalisco Nueva Generación aumenta su presencia.
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