Zavala se retira… ¿Quién sigue?
La renuncia de Margarita Zavala a su candidatura independiente a la Presidencia tendrá un efecto en el equilibrio de las intenciones del voto para el 1 de julio, su repentina salida aumenta la posibilidad de que otros aspirantes se retiren
Carlos Salzar y Gibrán ZafraCon la sorpresiva renuncia de Margarita Zavala a su candidatura, se abre un nuevo panorama en la contienda presidencial, un eventual reacomodo en el equilibrio de fuerzas y sobre todo un espacio para una negociación sobre una posible declinación a favor de uno de los candidatos con mayores posibilidades de triunfo.
A pesar de que Zavala aseguró ayer en un video que no declinará por ningún otro contendiente, y que ‘dejará en libertad’ a sus simpatizantes para que tomen su mejor decisión, las especulaciones sobre su futuro político y un hipotético respaldo a otro candidato se acrecentan.
A medida de que se acerca el plazo fatal, la cita a las urnas el próximo 1 de julio, los aspirantes a la silla presidencial comienzan a tomar verdadera conciencia de sus posibilidades de triunfo. Margarita entendió que su aparición en la boleta estaba destinada a ser meramente testimonial y ha dado un paso al costado. La pregunta ahora es… ¿Habrá otro candidato que seguirá su ejemplo?
El señalado natural para ser el siguiente en dejar la carrera presidencial es el gobernador con licencia de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón ‘El Bronco’ quien con la salida de Zavala parece condenado al último lugar en las preferencias.
Pocos minutos después de conocerse la decisión de la expanista, ‘El Bronco’ emitió un mensaje en sus redes sociales en donde advirtió en tono desafiante que él no renunciará a su candidatura e incluso invitó a los simpatizantes de Zavala a sumarse a su proyecto.
Rodríguez Calderón también ‘prometió’ hace 3 años que no dejaría su cargo como gobernador para buscar la Presidencia.
Pero el controvertido aspirante independiente no es el único que busca sacar un beneficio político tras la renuncia de Margarita. Tanto el candidato de la coalición ‘Todos por México’, José Antonio Meade como el de ‘Por México Al Frente’, Ricardo Anaya enviaron sutiles mensajes a la exprimera dama, reconociendo su aportación al proceso electoral y llenándola de halagos.
En una elección con tanto en juego y con una amplia ventaja del puntero en las encuestas, la posibilidad de sumar a Zavala resulta atractiva para quienes desafían a Andrés Manuel López Obrador.
Es cierto que para la legislación electoral del país una ‘declinación’ no tendría ningún efecto legal ni vinculante, y en la práctica solo sería un respaldo y un llamado al voto útil, pero no existen dudas que los aspirantes preferirían que Margarita Zavala se les una en el resto de la campaña a que no lo haga.
Al no existir la figura de la declinación en la legislatura mexicana no podría haber una transferencia de votos de un candidato a otro, señala Eduardo Huchim, especialista en temas electorales.
“Lo que sí puede existir y suceder es que el 1 de julio ocurra una operación en favor de una de las opciones, cuestión que ve probable que se dé entre los que se disputan el segundo y tercer lugar”, apunta.
Por otro lado, una hipotética declinación o respaldo público de un candidato a otro con mayores posibilidades plantea muchas interrogantes, sobre todo aquellas relacionadas con el verdadero beneficio electoral que pueda generar una acción de tal naturaleza o la pérdida o ganancia de capital político del aspirante que dé el paso para declinar.
Un movimiento de apoyo público a otro candidato de ninguna forma obedecería a una simple suma aritmética y hay muchas variables en juego, compromisos adquiridos, credibilidad, que condicionan cualquier cálculo meramente electoral.
También existe la incógnita del impacto que tendría una declinación entre quienes respaldan las candidaturas y si estarían dispuestos a seguir al político al que le dieron su apoyo o se inclinarían por una tercera opción.
“Es un suicidio, el candidato que declina se está inmolando. La persona que declina está defraudando a sus seguidores, y sobre todo pierde credibilidad”, asegura Francisco Javier Aparicio, Director de la División de Estudios Políticos del CIDE.
Quinielas
Tras su renuncia, en el debate público, en redes sociales y en las reuniones no se discute si Margarita Zavala declinará por algún otro candidato, sino que la discusión es sobre si dará su respaldo a la candidatura de Ricardo Anaya o a la de José Antonio Meade.
El panista, justo un día antes de la renuncia de Zavala declaró que le encantaría hacer equipo con la aspirante independiente y que no solo estaba abierto a la posibilidad, sino en la mejor disposición.
Por otra parte, el candidato de la coalición Todos por México no ha tenido más que buenas palabras hacia Margarita desde el inicio de la contienda, y justo después del anuncio de su renuncia, el presidente priista René Juárez hizo una invitación pública a Zavala para integrarse a la campaña de Meade.
Sin embargo, la decisión de sumarse a uno u otro equipo -o mantenerse neutral- obedece a otros factores además de la opinión de la exmilitante panista, ya que quizá algunos de los personajes que han respaldado sus aspiraciones (principalmente del panismo tradicional) podrían no estar de acuerdo en seguir a Zavala.
Por citar algunos ejemplos, los exgobernadores panistas como Alberto Cárdenas, José Guadalupe Osuna o Fernando Canales, del panismo duro difícilmente estarían dispuestos a respaldar a Ricardo Anaya, a quien muchos panistas históricos han acusado de secuestrar al Partido ni a José Antonio Meade, representante del priismo.
Lo cierto es que para ambos candidatos el respaldo de Zavala sería un impulso en su campaña. Para Meade sería quizá la última esperanza para remontar en las preferencias y para Anaya sería consolidarse como el único capaz de evitar la victoria de AMLO.
Independientemente de la decisión que tome Margarita, los focos ahora estarán puestos también en el aspirante independiente Jaime Rodríguez, a quien muchos han acusado de ser un candidato impulsado desde Los Pinos para restarle votos a López Obrador y queda la incógnita si llegará hasta el final de la contienda o si seguirá el camino de Margarita. En el último caso sus antecedentes invitan a pensar que declinaría a favor de Meade.
El último escenario (improbable pero no descartable) es el de una declinación, de Meade por Anaya o viceversa, sin embargo en esta ecuación entran otros factores como el impacto negativo que tendría en el voto legislativo y en las gubernaturas para la coalición del candidato que decline que lo hacen prácticamente inviable.
Aunque en esta peculiar elección ningún escenario puede darse por descartado. Lo que sí parece inevitable es que en estos días que quedan de campaña continuarán las sorpresas.
“No declino a favor de ningún candidato”
La aspirante independiente a la Presidencia de México, Margarita Zavala recalcó que su decisión de retirarse de la contienda presidencial no significa que vaya a respaldar a alguno de los otros candidatos.
“No declino a favor de ningún candidato. No he negociado nada con nadie, yo no estuve en esta contienda por cargos o posiciones de poder”, señaló en un video difundido en sus redes sociales.
Zavala también explicó que las condiciones de inequidad en la contienda fueron un obstáculo insalvable para su candidatura.
“Reconozco que hacen inviable una candidatura independiente con posibilidades reales de éxito. No hay posibilidad de ganar en esta elección, que además está polarizada y mi decisión posibilita que podamos lanzarnos a construir una fuerza que solo puede venir de la actividad cívica, organizada y permanente”, detalló.
Entre las causas que propiciaron el cambio de las aspiraciones políticas de Margarita Zavala, se encuentran el financiamiento público de los partidos y el espacio en medios de comunicación, ambos muy superiores a lo que podía acceder desde su posición como independiente.
“Como ha quedado claro, quienes preservan privilegios del actual sistema de partidos, pusieron toda clase de obstáculos para evitar que este proyecto político o uno parecido centrado en los ciudadanos, en sus derechos, en sus libertades llegara a buen puerto”, apuntó.
La expanista se pronunció a favor de una segunda vuelta electoral, un mecanismo que no se ha implementado en México y que a su juicio impulsaría la equidad en la contienda dando prioridad a las iniciativas de los aspirantes.
“A medida que se acerca la elección, los electores dejan de valorar lo que los candidatos realmente proponemos para concentrar su decisión en lo que las encuestas marcan como más probable que ocurra. Esto se debe en gran parte a la carencia de un sistema de segunda vuelta electoral”.
“Al dejarlo todo a una sola vuelta se suprime la posibilidad de que el ciudadano pueda expresar sus verdaderas preferencias y se pasa directo a votar únicamente entre quienes aparentan tener más posibilidades de triunfo”, explicó.
Operación política
A45 días de la elección del 1 de julio, la salida de la contienda de Margarita Zavala ha despertado las sospechas, aunque la boleta por medio de la cual emitirán los mexicanos su voto ya no puede ser modificada, así lo explica en entrevista Eduardo Huchim, analista político, quien agrega que la poca intención de voto que había captado la expanista podría ser irrelevante para mover el panorama.
Para el especialista en temas electorales, al no existir la figura de la declinación en la legislatura mexicana no podría haber una transferencia de votos de un candidato, pero lo que sí puede suceder es una operación en favor de una de las opciones, cuestión que ve probable que se dé y que pudo haber ocurrido en el 2006 a favor del panista Felipe Calderón.
Huchim agrega que la operación se daría el día de la elección en favor de algún candidato, y en esa posibilidad, ve al PRI como un experto en la materia.
“Sobre todo por parte del PRI que tiene una máquina aceitada, una máquina leal para compra y coacción del voto, ante la cual las autoridades electorales han sido insuficientes, están desaparecidas en ese tema”, comenta Huchim.
El exconsejero general del Instituto Electoral del Distrito Federal considera que con la salida de Zavala de la contienda, no ve probable que Jaime Rodríguez -el único independiente que continúa- se decante por expresar su apoyo en el discurso a alguna de las otras opciones, ya que considera que él fue colocado, incluso torciendo la ley, para quitarle votos a López Obrador.
Eduardo Huchim recuerda que lo que sí puede ocurrir aún es la sustitución de un candidato, aunque aparecerá el anterior y ante todos los posibles movimientos, el analista considera que puede ocasionar cierta confusión en algún sector del electorado.
En duda la efectividad de la declinación
La efectividad de una declinación o un llamado a votar por otro candidato aún no ha probado su eficacia en las elecciones mexicanas, afirma el doctor Francisco Javier Aparicio.
El académico del CIDE señala que existen dos factores que dificultan una correcta proyección del impacto que tienen las declinaciones en materia electoral; uno, es la propia condición de quien declina (por lo general candidatos sin posibilidades); y dos, que este mecanismo es empleado en elecciones cerradas.
“Es un llamado psicológico porque no es un mecanismo vinculante. Es difícil saber si funciona o no porque quien declina por lo general es un candidato que no levanta. Es difícil saber si tuvo pocos votos porque declinó o si tuvo pocos votos porque nadie lo hacía en la contienda”.
“La declinación podría ser útil en una elección reñida, yo como en este momento observo el caso mexicano, la elección no está reñida, ya que el puntero tiene un margen amplio, entonces no sé si sirva de algo”, agrega.
Además, Aparicio señala que una declinación tanto de Meade como de Ricardo Anaya es políticamente inviable y sería contraproducente por la simple razón de que hay toda una estructura partidista detrás de ambos aspirantes que sería seriamente afectada.
“Un candidato sin posibilidades de ganar se puede sacrificar, pero no un candidato que tenga detrás un partido. Si Meade declina, por ejemplo, estaría afectando el voto legislativo y eso los candidatos del PRI no lo deberían permitir. Entre los partidos grandes se ve muy difícil por lo políticamente costoso que sería para el partido”
“Sería políticamente muy costoso porque hay una estructura partidista. Lo que sí podría ocurrir es la negociación por debajo de la mesa, la operación de los gobernadores por ejemplo”, concluye.