Proyectos incompletos, ni Xóchitl ni Claudia proponen seguridad y acceso a la justicia con perspectiva de género

De las propuestas realizadas por las candidatas a la Presidencia de México, están ausentes dos pilares que garanticen alcanzar el objetivo de una vida libre de violencia para las mujeres
Karina Vargas Karina Vargas Publicado el
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Los proyectos de gobierno presentados por las candidatas a la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo (Sigamos Haciendo Historia) y Xóchitl Gálvez Ruiz (Fuerza y Corazón por México), mencionan diversos puntos tendientes a generar mejores condiciones de vida para las mujeres, pero han dejado de lado rubros cruciales como alistar una estrategia de seguridad y acceso a la justicia con perspectiva de género, y cómo llevarla a cabo.

Lo anterior, de acuerdo con la académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Iraís Moreno, puede deberse a dos fenómenos que se presentan al interior de los partidos políticos en distintas épocas, incluido el proceso electoral actual.

El primero de ellos es referente al marketing político sobre temas relevantes, entre ellos, las causas de las mujeres y la lucha feminista; el segundo obedece a la cautela de elaborar un discurso que se contraponga a la ideología de un sector de la sociedad que no está a favor de una agenda de género ni apoya propuestas como la despenalización del aborto.

“Esto es parte de una tendencia muy amplia en los partidos políticos que es que tienen que mencionar los temas que sean, digamos, en términos de marketing político, ‘atractivos’, que puedan ser populares desde lo ‘políticamente correcto’, sin tener mucho fondo”, dice la  Reporte Índigo.

Como un ejemplo de esto señala al proyecto “Estamos listas con Claudia”, perteneciente a la campaña de Sheinbaum Pardo y formado por mujeres jóvenes, que tienen el objetivo de replicar, con un enfoque feminista, el mensaje de la abanderada de Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista de México, que conforman la alianza Sigamos Haciendo Historia, al interior de la República.

De este modo, la especialista subraya la importancia de analizar el trabajo realizado por ambas aspirantes en su paso por la administración pública.

“Ninguna de las dos se ha caracterizado por ser una feminista histórica, es decir, vemos spots en donde dicen ‘yo soy una mujer que ha luchado’, por ejemplo, Xóchitl tiene mucho el discurso de medrar, de la meritocracia, de la superación, pero eso no sé si eso se conecta con las mujeres.

“En ambos casos tienen el mensaje de que las mujeres pueden, de que ellas pudieron y llegaron, sin embargo, me parece que podríamos salir decepcionadas del efecto o las verdaderas acciones que se tomen en este sentido si alguna de las dos resulta electa”, advierte.

Cautela en el discurso

Respecto a la reserva de las candidatas presidenciales para priorizar los temas relacionados con el empoderamiento de las mexicanas ante la posibilidad de que, por primera vez en la historia, una mujer encabece el Poder Ejecutivo federal, Iraís Moreno menciona que la cultura política mexicana todavía es muy patriarcal.

“Hay muchos sectores de la sociedad donde no se le da la importancia que tiene a la violencia contra las mujeres, la desigualdad, la simetría. Si eso ya pesara actualmente en el sistema político, el presidente actual no hubiera sido electo, pesa mucho más el carisma y otros factores que lo que llamamos la conciencia de género o la necesidad de que cambiemos en ese aspecto.

“Incluir a las mujeres en esta agenda grandota de derechos e igualdad de minorías, grupos vulnerables, tiene también un efecto directo en la opinión pública de ‘bueno, pues ahí están las mujeres, qué bueno, que sigan’. Hay muchas personas que se expresan despectivamente de las luchas de las mujeres, causa mucha incomodidad en muchos sectores el que haya efervescencia política y llamados para y por las mujeres”, indica.

De este modo, expresa que en la actualidad no hay algún partido político mexicano que tenga alguna agenda que sea considerada como radical, por lo que sus representantes deben permanecer en un “lugar cómodo” y abordar temas políticamente correctos: salud, vivienda, servicios, transferencias monetarias, “cosas que no susciten mayor conflictividad de la que ya hay. Si se detectara carga como radical sería negativo en materia electoral”.

Continuidad, ¿positiva?

En el marco de la presentación de la “Estrategia República de y para las Mujeres” por parte de la candidata Claudia Sheinbaum en Querétaro, la exjefa de Gobierno capitalina afirmó que no llegaría sola al poder, sino va de la mano de la transformación prometida en el sexenio actual.

“Después de 200 años de República, por primera vez en nuestra historia va a llegar una mujer a la Presidencia de México, pero es mujer y es transformación, no pueden dividirse. Es mujer transformadora, es mujer que va a seguir el humanismo mexicano. Vamos a guardar el legado de la Cuarta Transformación”, publicó Sheinbaum Pardo en su cuenta de X.

La estrategia planteada incluye enviar al Congreso de la Unión una iniciativa para elevar a rango constitucional la igualdad sustantiva y el derecho a una vida libre de violencia; la modificación de leyes para garantizar gabinetes paritarios, eliminar la brecha salarial, impulsar la Ley Olimpia y la Ley Vicaria a nivel nacional; otorgar un apoyo mensual a las mujeres cuidadoras de 60 a 64 años con una pensión mensual equivalente a la pensión de 65 y más; obligatoriedad para que las muertes violentas de las mujeres sean tratadas como feminicidios; entre otros aspectos.

Sin embargo, la académica de la UNAM afirma que el sexenio actual, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, principal impulsor de la llamada Cuarta Transformación, no se ha caracterizado por ser afín a las mujeres ni a sus problemas.

“Eso es algo evidente, la violencia ha crecido para todos y todas, pero para las mujeres no ha disminuido. A mí me preocuparía que la continuidad trajera más de esta indiferencia o más de esta distancia y de este negar que las cosas obvias están ocurriendo, porque hay una constante descalificación. Las personas están molestas, desesperadas, angustiadas”, declara.

Entre los compromisos que ha adquirido Xóchitl Gálvez en pro de las mujeres, se encuentra el establecimiento de un Programa Nacional de Apoyo a las Mujeres y Madres Trabajadoras; crear una red de refugios; declarar cero tolerancia al hostigamiento personal; instaurar un Fondo para Niños Huérfanos; y dar apoyo integral a las mujeres emprendedoras.

Instituciones, necesarias

Para la doctora en Ciencias Políticas y Sociales, Iraís Moreno, contar con una correcta infraestructura institucional es clave para mejorar la calidad de vida de las mujeres. Hoy en día, el Instituto Nacional de las Mujeres es el organismo rector en esta materia.

“Parecen cosas burocráticas, pero es necesaria la transversalidad tanto en la construcción de estos ejes, de favorecer la presencia de las mujeres en espacios de toma de decisiones como en construir un enfoque en donde las instituciones consideren la perspectiva de género como fundamental en la formación, capacitación y elaboración del flujo de trabajo”, señala.

Moreno añade que no sobra ninguna secretaría, pero sí requieren un fortalecimiento, entre ellas la Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Bienestar y los Institutos de las Mujeres locales.

“Depende mucho de las decisiones que se quieran tomar no tanto de si la institución está bien o mal y de que se fortalezca tanto presupuestalmente como en política pública y el respeto a la división de poderes y a los pesos y contrapesos”, puntualiza.

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