Desde la resiliencia: cumplen sueños a niños con cáncer

Tras la muerte de su hija, los padres de Ximenita, una pequeña fallecida tras padecer cáncer en los ojos, cumplen los sueños de otros niños con la misma condición que acabó con la vida de su hija
Elizabeth González-Manrique Elizabeth González-Manrique Publicado el
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A tres años de la partida de Ximenita, pequeña que padecía retinoblastoma, un tipo de cáncer ocular que afecta en los tejidos de retina, sus padres buscan cumplir los sueños de las y los niños que se encuentran luchando contra esta enfermedad.

La asociación civil “Ximena un Ángel de Amor y Esperanza” ofrece, el día 22 de cada mes, comida, despensas, juguetes, ropa, cobijas, dulces, entre otros artículos a pacientes que luchan contra el cáncer y a sus familias.

Además de la entrega de estos insumos en el Instituto Nacional de Pediatría, la organización se da a la tarea de recolectar y juntar tapitas para que los pequeños puedan costear su tratamiento oncológico.

También se realizan rifas con causa y se cumplen sueños en ocasiones especiales como fiestas decembrinas, día de Reyes, cumpleaños, día del niño, entre otras.

No obstante, su labor se incrementa durante estos días, cuando materializan los sueños navideños de estos pequeños quienes, al igual que miles de niños alrededor del mundo, esperan la llegada de Santa Claus o de los Reyes Magos.

Un legado de amor y esperanza

Ximenita, una niña de tres años oriunda de Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, luchó contra el retinoblastoma desde el mes y medio de vida.

La pequeña fue diagnosticada en 2017 en el Instituto Nacional de Pediatría con retinoblastoma bilateral, lo que significa que el cáncer de ojo se encontraba presente en ambos globos oculares.

“La historia de Ximenita es que es una nena que nació con cáncer en los dos ojos y a sus cuatro años, el cáncer se fue al cerebro. Se le detectó al mes y medio de nacida, ya en un estadio muy avanzado, el ojo derecho era todo tumor y el izquierdo tenía cinco tumores. Empieza quimioterapias sistémicas que, como se sabe, este tratamiento destruye células malas, pero también las buenas, por lo que le lastimó los riñones y le afectó a nivel neuronal.

“A los cuatro meses de nacida, le quitan su ojito derecho ya que todo el ojo era tumor y podría hacer metástasis al cerebro y médula espinal, en ese momento se toma la decisión de que el tratamiento, junto con las quimioterapias, era meterla a quirófano para darle termoterapia (de láser) y crioterapia una vez al mes, para destruir los tumores de su único ojo. Pero el cáncer es muy desleal y conforme Ximenita crece, los tumores también y nacen más tumores en su ojito junto con ‘siembras’ por lo que a los cuatro años tiene más de 10 tumores y cinco siembras en su único globo ocular. Ximenita fue a más de 180 anestesias y más de 98 veces a entradas a quirófano”, relata su madre.

La madre de Ximena relata que a pocos días de su cuarto cumpleaños, la pequeña comenzó con vómitos y dolores en la cabeza, revelándose así que tenía un tumor en el cerebro del tamaño de un limón.

“Cuando los doctores nos dan la noticia del tumor en ese momento el oncólogo comentó que solo le quedaba 3 meses de vida ya que era un tumor inoperante y no existía cura, además que el caso como el de Ximenita no se había presentado en más de 32 años en México (retinoblastoma trilateral), además de que el tumor en el cerebro causó hidrocefalia y tuvieron que operarla de emergencia para ponerle una válvula del cerebro al estómago y pudiera drenar ese líquido.

Ximenita solo recibiría tratamiento paliativo para que pudiera descender de esta tierra lo mejor posible en casita, nuestra guerrera tuvo 16 radioterapia, y empezó a regresar su luz, empezó de nuevo a moverse, enfocar, dejó de convulsionar. Cuando iba a darle su primer ciclo de quimioterapia se interrumpe porque le da COVID. No obstante, con ello se hizo una resonancia magnética para ver qué tanto efecto hizo el tratamiento y la sorpresa fue que casi destruyó el tumor cerebral, los doctores sorprendidos cambiaron todo el tratamiento para rescatar su vida. Lamentablemente la radiación sí mató un tumor cerebral, pero también el cerebro de Ximenita, ya que siete meses después de las radiaciones tuvo necrosis cerebral y finalmente, después de dos meses del diagnóstico, se convirtió en un hermoso ángel”, explica su madre.

Haciendo realidad los sueños

Este 22 de diciembre, Fundación Ximena un Ángel de Amor y Esperanza celebró su tradicional posada navideña, en donde se ofrecieron muchas sorpresas para los pequeños “grandes guerreros”, quienes día a día luchan incansablemente, junto a sus familias, por estar libres de esta enfermedad.

“La temporada navideña y de fin de año se convierte en un tiempo lleno de amor y esperanza para nuestros pequeños valientes, quienes luchan con todo su corazón contra el cáncer. El 22 de diciembre, celebramos nuestra tradicional posada navideña, un día especial repleto de sorpresas, juegos y actividades que permiten a nuestros guerreros y sus familias olvidarse, aunque sea por un rato, de las dificultades que enfrentan en su tratamiento. Este día también es una oportunidad para recordar con cariño a los pequeños que partieron este año, con la certeza de que ahora están libres de enfermedad, rodeados de luz y paz”, menciona Selene Luna, madre de Ximena.

Luna menciona que gracias a la generosidad de madrinas, padrinos y voluntarios, se hicieron realidad 390 sueños en total durante esta época navideña, después de recibir igual número de cartas de niños que luchan contra diversos tipos de cáncer.

“Preparamos un día mágico con manualidades, snacks, un candy bar lleno de dulzura, shows, pintacaritas, inflables, una obra de teatro, piñatas, música alegre, y hasta un grupo de rock para que los niños disfruten de su día como nunca. Pero más allá de la diversión, entregamos con amor despensas, frazadas, suplementos y otros apoyos que alivian el día a día de las familias que luchan junto a sus hijos.

“Cada sonrisa, cada mirada de alegría, nos llena el corazón y nos da fuerzas para seguir luchando por ellos. Este día es un recordatorio de que, con solidaridad, amor y esperanza, podemos hacer una gran diferencia en la vida de estos pequeños guerreros. Cada gesto de cariño nos inspira a seguir adelante, brindándoles un día lleno de magia, alegría y mucho amor”, concluyó Selene.

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