Suspira. Se levanta las gafas y se talla los ojos en clara muestra de cansancio.
Vuelve a suspirar. En el siguiente movimiento junta las yemas de los dedos como en señal de rezo. Cierra los ojos y se queda así un par de segundos.
Sobre el escritorio de una pálida oficina en remodelación está un pequeño Santo Niño de Atocha hecho de plata. A todos les ha dicho que es su santo de cabecera.
Se lo acaban de mandar unos amigos del municipio de Plateros, Zacatecas.
No hay nada más sobre el escritorio y tampoco cuelgan cuadros sobre las paredes.
Se siente en él, un tornado de emociones. En ocasiones se contradice.
Con palabras dice no tener miedo, pero su tono delata la fragilidad de quien ha estado al borde del abismo.
Desde hace días Ricardo Monreal va de luto.
Corbata negra y traje negro. Estuvo a punto de perder la vida.
Un grupo de sicarios tenía un plan para matarlo a él y a su hermano David.
Las autoridades lo detectaron y pudieron evitarlo.
Fue una sacudida. De esas que hacen inevitable detener un momento la respiración.
“No quiero actuar con irresponsabilidad, pero me parece que a este país le urge a una sanación. Lo que sucede en mi caso y otros más es producto de la desigualdad, de la impunidad, de la perdida de valores. De la decadencia política que hay en el país. No se lo deseo a nadie, ni al peor de los adversarios, porque no tengo enemigos”.
El Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong lo buscó el martes pasado para hablar con el. Se negó a responder.
El argumento fue que no existía ningún asunto político que tratar entre ellos.
Y es que Monreal ha sido uno de los principales críticos de la actual administración.
Participó activamente en la campaña de Andrés Manuel López Obrador y luego de las elecciones no reconoció el triunfo de Enrique Peña Nieto. Incluso llevó a las instancias jurídicas internacionales el caso a fin de que se revocará la calificación electoral de su mandato.
Por eso no había asunto que tratar.
A través de un amigo en común Osorio Chong insistió. Es un asunto personal, urgente y de gravedad, mandó como mensaje.
Sólo así el diputado se decidió a tomar la llamada. La primera fue una explicación parca.
Pero ya cuando se reunió con el Secretario de Gobernación y le mostraron toda la serie de pruebas el mundo le cayó encima.
“Al darme cuenta de la labor de inteligencia. Al mostrarme videos, grabaciones, fotografías, el Secretario de Gobernación que me había buscado con insistencia, él me había dicho que quería hablar conmigo, y yo dije que no tenía ningún asunto político que tratar, y después me dijo: No es un asunto político.
“Cuando te das cuenta de eso, no quieres especular porque se trata de la vida. Y actúo con mucha responsabilidad porque cuando me dijo el Secretario de Gobernación, ¿te suena lógico todo esto, la preparación, las grabaciones? Y en honor a la verdad le dije: Me suena lógico”.
Todo apunta a una conspiración de su círculo más cercano. Un amigo íntimo es el principal sospechoso para las autoridades.
Arturo Guardado Méndez es el nombre del empresario que desde el viernes declara en las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada.
El principal sospechoso es hermano de Juan Carlos Guardado Méndez, quien entró en lugar de David Monreal como Alcalde de Fresnillo, Zacatecas. Desde febrero del 2011 está desaparecido.
Por la cercanía que tenían los Monreal hicieron una serie de gestiones con el gobierno federal para dar con el paradero del empresario, pero no tuvieron éxito.
Hay versiones que aseguran que hubo un problema entre David y el empresario detenido, lo que provocó que buscara matar a los dos.
Sobre el móvil y las versiones que haya dado ya oficialmente Guardado Méndez nada han dicho las autoridades federales.
Pero Monreal no quiere responder sobre el viejo amigo. De tajo corta cualquier intención de saber más de las razones por las que pudiera querer matarlo.
Le cambia el rostro. Lo endurece. Es un tema que quiere dejárselo a las autoridades.
Un privilegio que duele
Con el paso de los días ha llegado la calma. En la reflexión el diputado asegura que ahora se siente incómodo porque a diferencia de miles de personas en el país, él está a salvo y puede llegar a casa con su familia.
“Es un privilegio. Lamentablemente, lo deseable sería que todos los mexicanos tuviesen las mismas oportunidades. Que se estuvieran evitando las ejecuciones. Es un privilegio y por eso te sientes mal, porque hay miles de personas que no tuvieron la misma suerte.
Por un momento el político zacatecano baja la guardia, se acomoda en el sillón y se le ve menos tenso.
Habla sobre su religiosidad y los problemas que le ha causado su fe entre otros militantes de izquierda. Insiste con orgullo en su devoción al patrono de plateros, el Santo Niño de Atocha.
Ahora el diputado tiene dos custodios que lo cuidan durante todo el día. Aceptó un vehículo blindado y está cambiando de hábitos y rutinas.
“Estoy lastimado, desgastado, agotado pero entero. No me quiebro. Lo que me pasó te hace darte cuenta que eres muy vulnerable, que tu vida depende de un hilo muy delgado seas quien seas”.
Está convencido que los dos oficiales que lo resguardan serían de más provecho haciendo labores preventivas o investigado delincuentes. Pero entiende que no ha pasado el peligro y no va a tomar ese riesgo.
“Es muy complicado para las dos personas que me asignaron cuidar una persona que no está acostumbrada a que la cuiden. No es la responsabilidad de ellos. A veces uno actúa demasiado relajado y no es bueno. No tengo temor pero no quiero actuar de manera temeraria, porque estuvimos a punto de perder la vida”.
Una trayectoria de 30 años
Su carrera política es prolífica y pocos cargos le faltan por ocupar. Son más de 30 años de trayectoria que incluyen su paso por el PRI, PRD, Partido del Trabajo y ahora Movimiento Ciudadano.
El pasado fin de semana se encerró en su casa con toda la familia. Se puso a leer y a pensar. No salió para nada. Ricardo, el segundo de sus hijos, le insistió que se retire de la política, que privilegie su vida, que se dedique a litigar.
“Te sientes muy vulnerable. Mis hijos, mi familia me piden que ya me retire”.
Sin embargo no es fácil salir de la política como no es fácil dejar los escenarios y los reflectores.
En el vox populi se dice que todo ha sido una acción concertada desde el gobierno federal para terminar con la voz crítica y el dedo flamígero con el que suele apuntar mientras habla en tribuna.
Él acepta que esa versión va a correr por todo el país y habrá quien se la crea. Sin embargo, lanza por delante su lealtad a López Obrador y el Movimiento de Regeneración Nacional, a quienes asegura que por nada del mundo va a traicionar.
No es el tiempo aún para la retirada, advierte, habrá oposición para rato.
Y lanza una advertencia.
“No voy a ceder ni en mis convicciones, ni en mis principios, ni en la convicción política de que México necesita un cambio verdadero”.
Es dolor, es tristeza
Tristeza, confusión y dolor son las palabras que, asegura, describen lo que siente al pensar en que alguien que fue prácticamente de casa sea mencionado como sospechoso.
“Es dolor, es tristeza. Yo no he confirmado porque lo he dicho y lo voy a sostener de que no voy a especular, voy a esperar a que la averiguación llegue a su término. Porque en principio te sientes triste porque el nivel de la degradación social, de la decadencia de la convivencia social está en su piso más hondo, más profundo. El tejido social está deshecho. Yo soy uno de muchos casos”.
Luego insiste en cortar el tema y esperar a que todo se resuelva. Que se dé una versión oficial.