Voto nulo y boicot: Enemigos de la elección

El escenario del proceso electoral del 2015 parece un circo de tres pistas. Además de las campañas electorales y el ejercicio de las autoridades electorales está el espacio reservado para quienes han llamado a ejercer el voto nulo o boicotear los comicios.

La actuación de quienes promueven la anulación de los votos se alimenta de su decepción por los políticos y sus propuestas.

Imelda García Imelda García Publicado el
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En Guerrero donde se concentra el mayor número de organizaciones que desean boicotear las elecciones
“Llamamos al boicot electoral como un acto de desobediencia civil frente a las traiciones, simulaciones y crímenes de las partidocracias"
Javier SiciliaActivista

El escenario del proceso electoral del 2015 parece un circo de tres pistas. Además de las campañas electorales y el ejercicio de las autoridades electorales está el espacio reservado para quienes han llamado a ejercer el voto nulo o boicotear los comicios.

La actuación de quienes promueven la anulación de los votos se alimenta de su decepción por los políticos y sus propuestas.

Fue en las elecciones del 2009 y el 2012 cuando surgieron movimientos que llamaban a los ciudadanos a anular sus votos en protesta por la forma de gobernar de los políticos y la falta de oportunidades de acceso para los ciudadanos.

Históricamente las elecciones intermedias -cuando se renueva a los integrantes de la Cámara de Diputados y se realizan algunas elecciones locales- son las que tienen un mayor índice de votos nulos.

En las elecciones de 1997, el total de votos nulos fue de 856 mil 732, lo que representó un 2.89 por ciento de la votación. En el 2003, el voto nulo fue de 3.36 por ciento, con 903 mil 664 votos.

En el 2009, luego de la primer campaña masiva a favor del voto nulo, esos números se fueron casi al doble. Ese año, los votos nulos alcanzaron un millón 839 mil 971, un 5.39 por ciento del total de votos emitidos.

En elecciones presidenciales, los números se encuentran ligeramente por debajo de esos índices. En la elección del año 2000, los votos nulos fueron 868 mil 516, un 2.32 por ciento de la votación total. En el 2006, se alcanzó un 2.16 por ciento de anulaciones, es decir, 900 mil 373 votos.

En la elección del 2012, los votos nulos fueron un millón 241 mil 154, un 2.47 por ciento de la votación total.

A pesar de parecer porcentajes de votación muy bajos, algunas veces el voto nulo ha sido considerado un factor decisivo en el resultado de las elecciones.

Ocurrió así en las elecciones presidenciales del 2006, cuando la diferencia de votos entre Felipe Calderón (PAN) y Andrés Manuel López Obrador (PRD) fue de apenas 243 mil 934 votos, un 0.56 por ciento.

Después de esa elección, López Obrador acusó que quienes promovieron el voto nulo avalaron el fraude del 2006. Para este proceso del 2015, el político tabasqueño ha llamado a no anular el voto para no ayudar a “la mafia del poder”.

Hay otros que van más allá. Movimientos sociales en Guerrero han llamado a no permitir que se realicen las elecciones y boicotear cualquier intento para realizarlas.

Frente a esas posturas, el Instituto Nacional Electoral (INE) se ha limitado a advertir a los ciudadanos sobre las consecuencias que podría traer no participar en las elecciones, o participar de forma limitada.

Los promotores del voto nulo

Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, ha llamado a los ciudadanos a expresar su rechazo a los políticos a través de la anulación de la boleta electoral el próximo 7 de junio.

A finales de marzo, cuando su Movimiento cumplió su cuarto aniversario –los mismos años desde el asesinato de su hijo, Juan Francisco- Sicilia afirmó que el principal motivo de protesta es la inseguridad que sigue señoreando por todo el país.

“Mientras los partidos y sus gobiernos no estén dispuestos a limpiar sus filas de criminales que trabajan bajo su amparo y a crear mecanismos para erradicar la impunidad en todos los niveles, mientras continúen vendiendo y destrozando el territorio nacional (…) continuarán, como hasta ahora, administrando el infierno y representando a un país de muertos y desaparecidos en constante aumento. Nosotros nunca los avalaremos ni colaboraremos con ello.

“Llamamos al boicot electoral como un acto de desobediencia civil frente a las traiciones, simulaciones y crímenes de las partidocracias que han destruido el Estado y han dejado de representarnos”, afirmó Sicilia, el 27 de marzo de este año.

Días después, Marco Antonio Baños, consejero del INE, dijo que llamar a no votar es actuar en contra del propio desarrollo democrático del país.

“Me parece que en las condiciones actuales hacer un llamado para que no se vote es contrario a una tradición democrática que ha permitido que los poderes públicos se instalen a partir de los procesos comiciales”.

Sin embargo, para Alejandro Vera Jiménez, rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, el voto nulo también es un derecho que se debe garantizar a los electores.

En cada uno de los foros o reuniones con diversos sectores de la comunidad donde se presenta, el catedrático ha llamado a no volverse cómplices de un gobierno que no garantiza buenas condiciones de vida a los ciudadanos.

“Mientras no se respete el derecho al voto en blanco, mientras no se respete el derecho a la nulidad del voto, esto sigue siendo una simulación para todo el que quiera participar; porque nos ponen dos o tres atarantados y alguno de ellos tiene que salir.

“Por supuesto que los ciudadanos tenemos el derecho a decir ‘no quiero a ninguno de los tres y me pones a otro’”, dijo Vera Jiménez en una reunión con la Federación Estatal de Colegios y Asociaciones de Profesionistas de Morelos, en octubre pasado.

Cuando se cumplió un mes de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, el 26 de octubre del 2014, Vera Jiménez se pronunció claramente a favor del voto nulo en un discurso que dio, en solidaridad con los padres de los 43.

“Ausentémonos de las urnas, hagámosles a los políticos un boicot político, un paro político; dejémosles con sus boletas y sus urnas, no nos convirtamos en cómplices, no los legitimemos.

“No nos presentemos a las urnas, no hagamos de eso un circo como el que han hecho tantos políticos, y mientras sigan sin aparecer los 43 compañeros de Ayotzinapa y mientras sigan presentándonos candidatos vinculados al narco digamos no a las elecciones”, llamó el rector.

Morelos es uno de los estados donde más amenazas se han presentado contra candidatos, y en el que se han denunciado vínculos entre algunos políticos y grupos del crimen organizado.

‘Todos son lo mismo’

Al llamado al voto nulo se ha unido también el padre Alejandro Solalinde, activista a favor de los migrantes y fundador del albergue “Hermanos en el Camino”.

En varias declaraciones, Solalinde se ha mostrado en contra de no permitir que se realicen las elecciones, como algunos grupos inconformes en Guerrero han manifestado, sino que ha llamado a protestar anulando el voto.

“No habría necesidad de boicotear las elecciones. En lugar de votar por un partido, que ya sabemos que todos son lo mismo, podemos anular la boleta con un ‘43’ para que no se le olvide al gobierno lo que pasó y que aún no hemos superado.

“Porque al boicotear las elecciones, además de impedir un derecho a los ciudadanos como el ir a votar, le estaríamos dejando la casa abierta al gobierno para que se sirva con la cuchara grande, por eso debemos anular las boletas”, afirmó Solalinde, en febrero pasado.

En opinión del clérigo, el gobierno en turno es “mediocre y corrupto”, por lo que los ciudadanos deben ir a las urnas y mostrar su inconformidad, no solo dejar de participar en el proceso electoral.

Que nadie vaya a las urnas

Una manera de protestar es anulando el voto, el propio. Otra, es el boicot: tratar de impedir que los comicios se lleven a cabo, que se instalen casillas o evitar que otros ciudadanos vayan a las urnas.

Este ha sido el llamado de varias organizaciones en el estado de Guerrero y otras entidades. Para ellos, no votar o anular el voto es insuficiente. Tratarán de que el proceso electoral no se lleve a cabo.

A principios de abril, reunidos en la Convención Nacional Popular que convocó a más de 200 organizaciones civiles -entre los que se encontraban los padres de los 43 normalistas desaparecidos- las organizaciones sociales acordaron que tratarán de boicotear las elecciones “donde haya condiciones”.

En esa Convención Nacional Popular, las organizaciones acordaron que se revisará las condiciones para boicotear las elecciones; este boicot podría aplicar en estados como Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Michoacán y Puebla.

Es en Guerrero donde se concentra el mayor número de organizaciones que desean boicotear las elecciones.

Las organizaciones que han decidido dar la batalla porque no haya comicios en esa entidad se han agrupado en el Movimiento Popular de Guerrero y otros que han hecho suya la intención.

Los primeros grupos que promueven el boicot electoral en esa entidad son los padres de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

Desde hace varias semanas, en los mítines de apoyo a su causa, los padres no se han cansado de decir que no permitirán la realización de las elecciones en Guerrero por considerar que se trata de “un circo” que solo beneficia a los partidos políticos.

“¡No a las elecciones! Porque ningún partido es la solución. El votar, es votar por el crimen organizado y por los mismos políticos desvergonzados y asesinos.

“En Guerrero no va a haber elecciones, aunque el ‘gobernadorcillo’ diga que va a haber, aunque el secretario de Gobernación diga que va a haber”, advirtió Felipe de la Cruz, vocero de los padres de los normalistas desde enero pasado.

La lucha para que no se realicen las elecciones ha llevado a las organizaciones a realizar acciones que han terminado, incluso, en violencia.

Al inicio de las campañas políticas, el Movimiento Popular de Guerrero retuvo durante algunos días a Alberto Lidio González, asesor de Salvador Basurto, consejero presidente del INE en el municipio de Tlapa.

La retención ocurrió luego de una protesta en que los integrantes del MPG aseguraron que no permitirían la organización de las elecciones hasta que aparezcan los 43 estudiantes normalistas desaparecidos.

Maestros pertenecientes a la Coordinadora de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) han afirmado que también se unirán al boicot de las elecciones; sin embargo, en privado han hecho acuerdos con el gobernador Rogelio Ortega para resolver algunas de sus demandas y evitar que se unan a quienes buscan el boicot.

El INE quiere paz

Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, ha afirmado que cada vez son menos grupos los que buscan boicotear las elecciones; pero aun así, el Instituto debe garantizar el acceso a las urnas a quienes sí quieran votar.

“Nuestra intención no es generar un ambiente militarizado, de policía, para desarrollar las elecciones, esto no es conveniente, pero nuestro mandato es permitirle a los ciudadanos que ejerzan con libertad su voto y tenemos que generar esas condiciones.

“No estamos pensando en operativos especiales, por supuesto la comunicación y coordinación la tenemos, la estamos afinando, pero a todos conviene que el próximo 7 (de junio) exista paz y tranquilidad para poder ejercer el derecho al voto”, afirmó Córdova en una entrevista radial con Grupo Imagen.

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