Vivos los queremos, gritan familiares de desaparecidos
Familiares de personas desaparecidas tomaron el Hemiciclo a Juárez y se manifestaron con un cacerolazo en la FGR para exigir el hallazgo con vida de sus seres queridos
Montserrat SánchezBuscarlos con vida porque vivos se los llevaron es la exigencia del colectivo Búsqueda Nacional en Vida por Nuestros Desaparecidos.
Para exigir al Gobierno Federal, madres de Veracruz, Coahuila, Morelos, Zacatecas o Estado de México, han tomado las calles de la Ciudad de México para que las escuchen y así las autoridades puedan actuar de manera inmediata.
“Queremos que busquen en hospitales, cárceles, refugios, centros psiquiátricos porque ya estamos cansadas de buscar en fosas, de dar con restos, no queremos perder la esperanza de verlos y abrazarlos de nuevo”, señaló Karen Valenzuela, madre de Diego Maximiliano desaparecido en septiembre de 2015 en Ecatepec, Estado de México.
Con trozos de cartón y la fotografía de sus hijos pegadas en ellos, madres de desaparecidos tomaron el miércoles el Hemiciclo a Juárez para denunciar que el Gobierno Federal no muestra interés en encontrar a los más de 40 mil desaparecidos con vida.
Irma Claribel Lamas, Noé Antonio Méndez y Andrea Guadalupe Reyes son algunos de los nombres impresos en lonas seguidos de mensajes donde se le pregunta a la ciudadanía si los han visto, hasta súplicas personales por el deseo de que regresen a casa.
Al grito de “¡hijo, escucha, tu madre está en la lucha!”, Tranquilina Hernández relata que lleva cinco años de peregrinar por la búsqueda de Mireya. “Quienes tenemos a un desaparecido somos familias rotas, muertas en vida que siempre vamos caminando con la esperanza de encontrarlos vivos”, dice.
Tranquilina vio a Mireya por última vez el 13 de septiembre de 2014.
“Salió con el novio y ya no respondió mis mensajes, ella desapareció y él y no me avisó.
“Una vez viendo las noticias con mi niña me preguntó qué haría si algún día ella desapareciera, ojalá aún recuerde lo que dije, que la buscaría hasta por debajo de las piedras”, menciona.
Al nombrar a Francisco Cardona Alba, Miguel Ángel Rodríguez y Juan Serafín Hernández quienes también forman parte del universo de desaparecidos, las madres gritaron que los buscan porque los aman y aseguraron que seguirán en la lucha para dar con su paradero cueste lo que cueste.
“Como si no bastara que han dejado a miles de madres destrozadas, cuando nosotras denunciamos, las autoridades empiezan a cerrarte las puertas, a humillarte, te dicen que en algo andaba, que se fue con el novio, que tu hija está haciendo berrinche y que va a regresar.
“Van cinco años y los seguimos buscando. Por eso nos manifestamos, para que sepan que somos madres, hermanas y esposas que buscamos a nuestros familiares, para que ya no haya más navidades con sillas vacías. No queremos más navidades así”, agregó Tranquilina.
Las familias acudieron a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para interponer una queja contra el Estado mexicano por no garantizar su seguridad en las búsquedas que realizan en todo el territorio nacional.
“Ya buscamos en fosas y hemos andado con pico y pala encontrado cuerpos, pero seguimos con la esperanza de verlos, de abrazarlos, de no tener solo cartones con sus fotos, un cartón frío sin un corazón que lata”, lamentó Tranquilina.
Deuda del estado con los desaparecidos
El hecho de que los familiares de personas ausentes sean las que busquen en fosas es una manera con la que el Estado mexicano le dice a las madres que no hay esperanza de que sus hijos estén vivos, así lo considera Valeria Moscoso Urzúa, directora del área de trabajo y acompañamiento psicosocial de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH).
En entrevista, Moscoso Urzúa detalló que hay una falla en las instituciones de búsqueda al asumir que la localización forense es la solución.
De acuerdo con la integrante de la CMDPDH, el Estado falla dos veces: cuando permite la desaparición por particulares y cuando es forzada, es decir, que participó en ella. Asegura que, en ambos casos, tiene que hacerse responsable de iniciar el rastreo en vida de la persona y no primero pedir muestras de ADN.
“Hay casos en que las personas desaparecidas están en condiciones de trabajo forzado, son víctimas de redes de trata pero están vivas; por eso la única forma de descartar la búsqueda en vida es con investigaciones que den indicios de que la víctima está muerta. Una vez hecho ese paso, las instituciones deben proporcionar la verdad, acceso a la justicia, las sanciones y reparaciones necesarias”, concluyó.
Con un cacerolazo frente a las instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), las madres de desaparecidos pidieron con ruido que las escuchen ya que sus palabras no han sido suficientes para poder tener acceso a la justicia y sobre todo tener certeza del paradero de sus hijos.
“La Fiscalía no escucha cuando pedimos investigación, por eso hacemos ruido y porque queremos que salgan a recibirnos”, fue lo que pidieron las familiares para poder ingresar a las instalaciones.
Con las consignas de “nos faltan 43 y nuestros hijos también” y “no somos LeBarón pero queremos atención”, las madres tuvieron el propósito de que sus casos no queden en el olvido.
Rufina Rodríguez quien busca a su hijo Alfredo Hernández desde 2016 lamenta tener que recurrir a este tipo de actos pero recalcó que son necesarios ya que las autoridades se niegan a investigar.
“Yo sé que está vivo, mi hija ha soñado con él y eso me da esperanza de encontrarlo, por eso lo busco aunque esté estancada la investigación, porque quieren cerrar el caso pero no mi corazón”, comenta.